Chocolatero en Chocolat Factory - Barcelona, EspañaJordi Farres
“Cuando era más joven, estaba obsesionado con la mecánica. Me pasaba días desmontando juguetes y otras cosas para entender cómo funcionaban. Mi héroe era Aerton Senna. La velocidad me intrigaba muchísimo. Incluso quería ser piloto de Fórmula Uno, al igual que él. Pero su accidente me hizo cambiar de opinión. Y empecé a estudiar mecánica en la escuela secundaria. Sin embargo, me decepcioné al poco tiempo. No me emocionaba nada, porque la mecánica no me motivaba a crear algo nuevo. Así que pasé a dedicarme a mi otra pasión: cocinar.
"Me emocioné completamente al ver que podía añadir algo realmente espectacular a los postres o pasteles más cotidianos."
Mis padres suministraban pescado a los restaurantes. Y mi abuela me enseñó a cocinar. Era la mejor cocinera que te puedes imaginar. Me inscribí en una escuela de cocina. Y allí descubrí la pastelería y la chocolatería. Fue increíble: Finalmente me di cuenta de cómo me inspiraba jugar con colores, texturas, dar forma y pintar... ¡Por fin era capaz de crear! Mi trabajo me sigue proporcionando muchísima energía. Y sigo queriendo nadar contra corriente, y hacer las cosas de forma diferente. Un pastel debe ser como el punto blanco en la parte negra del símbolo del yin-yang. "Debe ser capaz de sorprenderte verdaderamente y alegrar tu día.”